Siempre es un buen momento para comenzar un tratamiento de ortodoncia, pero el verano es especialmente ideal, ya que permite superar las incomodidades iniciales sin que esto afecte tu rutina diaria.
En este artículo, te presentaremos las ventajas de iniciar el tratamiento en esta época del año y te explicaremos por qué puede ser una gran decisión. ¡Sigue leyendo!
Mayor disponibilidad horaria y flexibilidad de tiempo
Hay que tener en cuenta que el tratamiento de ortodoncia es un proceso que va más allá de una simple visita a la consulta dental. Requiere un enfoque integral y personalizado para cada paciente, que comienza con un estudio detallado de su situación bucal y facial.
Durante el verano, la mayor flexibilidad de tiempo, derivada de las vacaciones escolares, la reducción de horarios laborales o la planificación de tiempo libre, permite una mayor disponibilidad horaria para programar estas citas regulares de ortodoncia. Esta libertad de horarios elimina preocupaciones por conflictos de agendas, especialmente para aquellos con horarios escolares o laborales más ajustados durante el año.
Además, el verano facilita una supervisión inicial más frecuente por parte del ortodoncista, garantizando una atención más cercana y ajustes oportunos durante las primeras etapas del tratamiento, lo que permite abordar cualquier problema o inquietud de manera eficaz.
Se pueden adquirir mejores hábitos de higiene
Durante el tratamiento de ortodoncia, mantener una rutina de limpieza adecuada es crucial para garantizar el éxito del tratamiento. La limpieza meticulosa de los aparatos ortodónticos ayuda a prevenir la acumulación de placa, caries y problemas de encías.
En verano, se dispone de más tiempo para dedicar a esta rutina de higiene bucodental, lo que permite una limpieza más completa y minuciosa para asegurar la eliminación de cualquier residuo de comida o placa bacteriana.
Las molestias se hacen más llevaderas
El campo de la odontología, especialmente en la ortodoncia, ha experimentado una notable evolución en los últimos años, haciendo que los tratamientos sean cada vez más cómodos y llevaderos. Por ejemplo, la ortodoncia invisible se destaca como una opción discreta, con ventajas como la extracción de las férulas. Sin embargo, es crucial estar alerta, ya que algunos jóvenes pueden ser tentados a quitárselas y olvidarse de ponérselas nuevamente. El verano proporciona una excelente oportunidad para supervisar que usen los aparatos el mayor tiempo posible y para que se acostumbren a llevarlos, asegurando así que no surjan problemas cuando comience el curso.
Es normal experimentar algunas molestias los primeros días, como un ligero dolor y un periodo de adaptación. Aprender a manejar estas molestias iniciales y adaptar la dieta según las recomendaciones del ortodoncista también será más fácil si no hay obligaciones escolares o laborales.
Menor estrés y actitud positiva al tratamiento
En comparación con otras épocas del año, el verano suele ser una temporada de menos estrés y presión, lo que facilita sobrellevar los ajustes necesarios a la ortodoncia y mantener una actitud positiva.
Al regresar de las vacaciones estivales, es probable que ya se noten los primeros resultados del tratamiento. Durante estos meses, los dientes habrán comenzado a moverse gradualmente hacia su posición deseada, y es posible que se perciba una mejora en la alineación dental y en la sonrisa en general.
No esperes más y aprovecha las ventajas del verano para comenzar un tratamiento de ortodoncia en Zaragoza. Contáctanos y agendaremos una consulta inicial para evaluar tu salud bucodental y definir un plan de tratamiento.
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